Primera Estación
Jesús en el Huerto de los Olivos
(Mc 14, 32-36)
— Constanza L. Schlichting, pintora
Segunda Estación
Jesús es traicionado por Judas y arrestado
(Mc 14, 43-46)
— Constanza L. Schlichting
Tercera Estación
Jesús es condenado por el Sanedrín
(Mc 14, 55. 60-62. 64)
— Constanza L. Schlichting
Cuarta Estación
Jesús es negado por Pedro
(Mc 14, 66-72)
— Constanza L. Schlichting
Quinta Estación
Jesús es juzgado por Pilato
(Mc 15, 14-15)
— Constanza L. Schlichting
Sexta Estación
Jesús es flagelado y coronado de espinas
(Mc 15, 17-19)
— Constanza L. Schlichting
Séptima Estación
Jesús carga con la Cruz
(Jn 19, 16-17)
— Constanza L. Schlichting
Octava Estación
Jesús es ayudado por el Cirineo a llevar la Cruz
(Mc 15, 21)
— Constanza L. Schlichting
Novena Estación
Jesús encuentra a las mujeres de Jerusalén
(Lc 23, 27-28. 31)
— Constanza L. Schlichting
Décima Estación
Jesús es crucificado
(Mc 15, 24-26)
— Constanza L. Schlichting
Undécima Estación
Jesús promete su Reino al buen ladrón
(Lc 23, 39-43)
— Constanza L. Schlichting
Duodécima Estación
Jesús crucificado, la Madre y el Discípulo
(Jn 19, 26-27)
— Constanza L. Schlichting
Decimotercera Estación
Jesús muere en la Cruz
(Mc 15, 34. 36-37)
— Constanza L. Schlichting
Decimocuarta Estación
Jesús es depositado en el Sepulcro
(Jn 19, 41-42)
— Constanza L. Schlichting
Pasajes del Evangelio
© Sagrada Biblia - Versión oficial de la CEE (Madrid 2013)
Primera Estación
Jesús en el Huerto de los Olivos
Llegan a un huerto, que llaman Getsemaní, y dice a sus discípulos: «Sentaos aquí mientras voy a orar». Se lleva consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, empezó a sentir espanto y angustia, y les dice: «Mi alma está triste hasta la muerte. Quedaos aquí y velad». Y, adelantándose un poco, cayó en tierra y rogaba que, si era posible, se alejase de él aquella hora; y decía: «¡Abba!, Padre*: tú lo puedes todo, aparta de mí este cáliz. Pero no sea como yo quiero, sino como tú quieres». (Mc 14, 32-36)
Segunda Estación
Jesús es traicionado por Judas y arrestado
Todavía estaba hablando, cuando se presenta Judas, uno de los Doce, y con él gente con espadas y palos, mandada por los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos. El traidor les había dado una contraseña, diciéndoles: «Al que yo bese, es él: prendedlo y conducidlo bien sujeto». Y en cuanto llegó, acercándosele le dice: «¡Rabbí!». Y lo besó. Ellos le echaron mano y lo prendieron. (Mc 14, 43-46)
Tercera Estación
Jesús es condenado por el Sanedrín
Los sumos sacerdotes y el Sanedrín en pleno buscaban un testimonio contra Jesús, para condenarlo a muerte; y no lo encontraban… El sumo sacerdote, levantándose y poniéndose en el centro, preguntó a Jesús: «¿No tienes nada que responder? ¿Qué son estos cargos que presentan contra ti?». Pero él callaba, sin dar respuesta. De nuevo le preguntó el sumo sacerdote: «¿Eres tú el Mesías, el Hijo del Bendito? ». Jesús contestó: «Yo soy. Y veréis al Hijo del hombre sentado a la derecha del Poder y que viene entre las nubes del cielo»… Habéis oído la blasfemia. ¿Qué os parece?». Y todos lo declararon reo de muerte. (Mc 14, 55. 60-62. 64)
Cuarta Estación
Jesús es negado por Pedro
Mientras Pedro estaba abajo en el patio, llega una criada del sumo sacerdote, ve a Pedro calentándose, lo mira fijamente y dice: «También tú estabas con el Nazareno, con Jesús». Él lo negó diciendo: «Ni sé ni entiendo lo que dices». Salió fuera al zaguán y un gallo cantó. La criada, al verlo, volvió a decir a los presentes: «Este es uno de ellos». Pero él de nuevo lo negaba. Al poco rato, también los presentes decían a Pedro: «Seguro que eres uno de ellos, pues eres galileo». Pero él se puso a echar maldiciones y a jurar: «No conozco a ese hombre del que habláis». Y enseguida, por segunda vez, cantó el gallo. Pedro se acordó de las palabras que le había dicho Jesús: «Antes que el gallo cante dos veces, me habrás negado tres», y rompió a llorar. (Mc 14, 66-72)
Quinta Estación
Jesús es juzgado por Pilato
Pilato les dijo: «Pues ¿qué mal ha hecho?». Ellos gritaron más fuerte: «Crucifícalo». Y Pilato, queriendo complacer a la gente, les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran. (Mc 15, 14-15)
Sexta Estación
Jesús es flagelado y coronado de espinas
Lo visten de púrpura, le ponen una corona de espinas, que habían trenzado, y comenzaron a hacerle el saludo: «¡Salve, rey de los judíos!».
Le golpearon la cabeza con una caña, le escupieron; y, doblando las rodillas, se postraban ante él. (Mc 15, 17-19)
Séptima Estación
Jesús carga con la Cruz
Entonces se lo entregó para que lo crucificaran.
Tomaron a Jesús, y, cargando él mismo con la cruz, salió al sitio llamado «de la Calavera» (que en hebreo se dice Gólgota)… (Jn 19, 16-17)
Octava Estación
Jesús es ayudado por el Cirineo a llevar la Cruz
Pasaba uno que volvía del campo, Simón de Cirene, el padre de Alejandro y de Rufo; y lo obligan a llevar la cruz. (Mc 15, 21)
Novena Estación
Jesús encuentra a las mujeres de Jerusalén
Lo seguía un gran gentío del pueblo, y de mujeres que se golpeaban el pecho y lanzaban lamentos por él. Jesús se volvió hacia ellas y les dijo: «Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, llorad por vosotras y por vuestros hijos… porque, si esto hacen con el leño verde, ¿qué harán con el seco?». (Lc 23, 27-28. 31)
Décima Estación
Jesús es crucificado
Lo crucifican y se reparten sus ropas, echándolas a suerte, para ver lo que se llevaba cada uno.
Era la hora tercia cuando lo crucificaron. En el letrero de la acusación estaba escrito: «El rey de los judíos». (Mc 15, 24-26)
Undécima Estación
Jesús promete su Reino al buen ladrón
Uno de los malhechores crucificados lo insultaba diciendo: «¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros». Pero el otro, respondiéndole e increpándolo, le decía: «¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en la misma condena? Nosotros, en verdad, lo estamos justamente, porque recibimos el justo pago de lo que hicimos; en cambio, este no ha hecho nada malo». Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino». Jesús le dijo: «En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso». (Lc 23, 39-43)
Duodécima Estación
Jesús crucificado, la Madre y el Discípulo
Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo al que amaba, dijo a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo». Luego, dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre». Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio. (Jn 19, 26-27)
Decimotercera Estación
Jesús muere en la Cruz
Y a la hora nona, Jesús clamó con voz potente: Eloí Eloí, lemá sabaqtaní (que significa: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»)… Y uno echó a correr y, empapando una esponja en vinagre, la sujetó a una caña, y le daba de beber diciendo: «Dejad, a ver si viene Elías a bajarlo». (Mc 15, 34. 36-37)
Decimocuarta Estación
Jesús es depositado en el Sepulcro
Había un huerto en el sitio donde lo crucificaron, y en el huerto, un sepulcro nuevo donde nadie había sido enterrado todavía. Y como para los judíos era el día de la Preparación, y el sepulcro estaba cerca, pusieron allí a Jesús. (Jn 19, 41-42)